This is the way
Y debutó Disney+ en Latinoamérica tras 11 meses después de su lanzamiento en los mercados principales del conglomerado multimedia y con 73,7 millones de usuarios a favor; una cifra que le costó a Netflix 8 años en conseguir.
Tal como pasó con la radio post Napster — y una década y media después con los servicios de streaming - hoy pensar en consumir televisión lineal (abierta o de pago) no es la primera opción para muchos.
La curatoría (si es que hay alguna) de contenidos de la pantalla chica local parece fuera de lugar al momentum que se vive local e internacionalmente: priorizar una experiencia óptima y escoger el hardware y plataformas que nos permiten acercarnos lo más posible a ella. Elegir, francamente, es agotador.
Por eso, para ayudar a navegar el mar de contenido ¿mediocre? que vive en Netflix, la compañía de Reed Hastings está probando desde noviembre en Francia algo que puede sonar curioso: Direct. Un “canal de TV” dentro de su propia plataforma que destaca sus contenidos originales las 24 horas del día, sin intervención del usuario.
Hace unos días, Canal 13 en Chile decidió sacar de las salas de dirección los terminales de audiencia online, cuya metodología no ha cambiado en los últimos 25 años. Quizá desde el próximo año las cadenas de TV chilenas podrán tener más información sobre visualización compartida, multipantalla y mejores datos demográficos.
Sin embargo, la industria de medios en Chile parece perdida en su propuesta de valor. Hoy, ni la radio, ni los diarios, ni la televisión abierta tiene una propuesta concreta que ofrecerle a sus audiencias, porque no las conocen.
El fracaso de las áreas de estudios es ensordecedor, porque las áreas digitales y comerciales no salen de sus “programas” en Instagram Live, los podcasts en Spotify y YouTube, y toda clase de branded content generando demasiado ruido. Probablemente el día en que Direct llegue a Latinoamérica el algoritmo de Netflix conozca mejor que nosotros mismos qué nos interesa ver, y seguiremos pagando con gusto. Ojalá que, para ese entonces, no sea demasiado tarde y sigan justificando su éxito basados en Comscore y un trending topic.
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📺 Home office con Netflix
Por fin Samsung se puso a la altura. No estoy hablando de la muerte del Note y del próximo S21 con lápiz que llegará en enero próximo — estoy hablando de esa zona gris llamada monitor-televisor, donde su connacional LG tomó la delantera hace un par de años; ahora, al advenimiento de la pandemia, los espacios de ocio y trabajo son parte de esa área difusa, y en Sammy no tenían una buena propuesta. Hasta ahora.
Entonces, ¿por qué el lanzamiento del Smart Monitor (línea M) de la surcoreana resulta refrescante, por decir lo menos? Veamos:
Operan bajo Smart Hub/Tizen, el mismo sistema operativo de sus Smart TV;
Puertos: Hasta 2x HDMI, 2x USB-A y un USB-C con capacidad de carga hasta 65W;
Bluetooth 4.2 y Wi-Fi 5 integrado;
Puedes empujarle contenido vía Miracast y - oh, sorpresa - AirPlay 2;
Viene con ese control remoto flaquito con control de voz, compatible con Amazon Alexa y Google Assistant;
El modelo 4K de 32’’ cuesta USD$399 y el de 27’’ Full HD, USD$229. Ambos soportan HDR10.
Me gusta que esta línea no sea una tele propiamente tal, pero se agradece que casi lo sea para cuando uno quiere que se comporte como tal. El lanzamiento es a nivel mundial, y pronto deberíamos verlos en Latinoamérica.
Pronto, un futuros más gordito.
— ji